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Frase del día
“Pocas veces pensamos en lo que tenemos; pero siempre en lo que nos falta”
- Schopenhauer
¡Espero que tengas un gran inicio de semana!
Antes de que nos sentemos a platicar bien sobre el tema de hoy, quisiera que me platicaras qué te pareció lo que hablamos sobre el libro de la semana pasada: El Elemento, de Ken Robinson. ¿Te gustaría que el próximo mes te llegara un correo con un resúmen por capítulo de este libro? Déjame saberlo con un comentario 👀
(Si quieres el libro de Ken Robinson en PDF puedes escribirme con gusto y te lo mando)
Es curioso cómo desde niños nos enseñan a caminar, después a decir ciertas palabras, e incluso a cómo comportarnos bajo ciertas situaciones pero jamás nos enseñan a saber perder.
Entiendo por qué; no es precisamente un tema atractivo.
Pero la pérdida está presente en todo lo que nos rodea: cuando crecemos, cuando nuestras creencias cambian conforme crecemos, cuando dejamos un cierto hábito, cuando perdemos a un amigo, y por supuesto, cuando tenemos que enfrentar la muerte.
Sin embargo estamos acostumbrados a ver la pérdida como algo malo. Se nos olvida que para que la vida pueda darse, tenemos que ser capaces de atravesar pequeñas muertes todos los días. Unas más grandes que otras.
Muchas veces, el saber que somos seres expuestos a perder todos los días es una fuente inagotable de angustia.
Pero, ¿sabes cuál es el problema de la angustia?
Que se convierte en una carga. Algo muy parecido a vivir la vida de Sísifo, un personaje mitológico condenado a vivir eternamente subiendo una enorme piedra hasta la cima de una montaña para luego dejarla caer y volver a empezar.
Kierkegaard -un filósofo existencialista danés- entendía muy bien este sentimiento de angustia. Somos seres que en algún punto de nuestra existencia nos percatamos de que vamos a morir, y a pesar de eso, nos sorprendemos ante la infinitud del universo.
La angustia es algo muy humano, pero no debemos convertirlo en una carga.
La realidad -dice Kierkegaard- es que la angustia viene de dos lados muy distintos pero conectados entre sí: por un lado, saber que la muerte nos espera nos genera angustia. Pero hay una razón mucho más fuerte de por qué nos angustiamos:
Somos seres inacabados.
(O al menos eso decía Heidegger)
Pero, ¿qué quiere decir esto? En cada ser humano que existe, se encuentran todas las posibilidades para que pueda realizar lo que quiera. Pensemos incluso en el mismo Heidegger.
Él fue un gran pensador, pero al mismo tiempo ha sido considerado uno de los filósofos más polémicos ya que se afilió al Partido Nazi. Él pudo decidir no hacerlo, pero su decisión fue esa. La mujer de la que vivió enamorado toda su vida -Hannah Arendt- era judía, por lo que Heidegger tuvo que vivir con el peso de esa decisión.
Elegir implica renunciar.
Al elegir, estás renunciando a otras posibilidades. Saber vivir con estas decisiones es parte esencial de ser un ser humano.
Pregunta de la semana
¿A qué te estás negando a renunciar?
Todos nos negamos a perder algo.
Ya sea un mal hábito, una amistad que no nos enriquece, el tratar de tener la razón siempre o el admitir que quizá estamos poniendo sobre nuestros hombros más peso del que podemos cargar.
No vivas la vida de Sísifo. La vida no es una carga, y si la sientes así entonces te invito a preguntarte, ¿qué debo soltar? Esa es la pregunta que me gustaría que pensáramos esta semana.
La pérdida nos transforma.
Cuando decidimos dejar de ir contracorriente es cuando nos damos cuenta que incluso cuando perdemos algo de una forma tan trágica, la vida nos da algo más.
Pero para ello debemos de estar dispuestos.
Te dejo un pequeño corto que ojalá puedas ver y conectar con este tema.
Aprendamos a vivir con la pérdida.
Gracias por tu tiempo, sé lo valioso que es.
Te escribe,
Aranza S. (@catarsisfilosofica)